Pondremos en un cuenco de barro un poco de leche
preferiblemente de cabra negra, que mezclaremos con agua, más o menos la cuarta
parte de la cantidad de la leche. Echaremos en la mezcla dos hojas de
eucalipto, las dejaremos un ratito en remojo hasta que estén bien empapadas. Las
sacamos del cuenco y las ponemos debajo de nuestro colchón, una hoja encima de
la otra. De nuevo volvemos a remojar dos hojas de eucalipto en la misma mezcla
de leche y agua, pasado un ratito las sacamos, trituramos y filtramos,
finalmente las esparcimos alrededor de nuestra cama.
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