Ante un problema personal o de salud, invocaremos a este gran santo protector.:
"San Cipriano y el redentor, guiad mis pasos, cuidad a mi gente y a mi familia, con el mismo fervor, confundid a los enemigos y salvadnos del maligno. Que me vean los que me quieren ver bién., y los que no me quieren no me puedan ver. Amén."
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